Herida - Fractura - Quemadura - Shock

Herida: es una lesión que se produce en el cuerpo. Puede ser producida por múltiples razones, aunque generalmente es debido a golpes o desgarros en la piel.

Una herida abierta es una lesión donde hay una ruptura externa o interna de un tejido del organismo, en general la piel. 

Hay cinco tipos de heridas abiertas, que se clasifican según su causa.

  • Abrasión: se produce cuando la piel se frota o se raspa contra una superficie áspera o dura. Por ejemplo, una caída puede producir una abrasión. En general, esa herida sangra poco, pero es necesario limpiarla bien para evitar infecciones.
  • Incisión: Un objeto afilado, como un cuchillo, un trozo de vidrio o una hoja de afeitar, causa una incisión. Las incisiones sangran mucho y con rapidez. Si la incisión fuera profunda, podrían dañarse tendones, ligamentos y músculos.
  • Laceraciones: es una ruptura irregular o un desgarro en la piel. A menudo, las laceraciones son causadas por accidentes con herramientas y máquinas y sangran en forma rápida y profusa.
  • Punción: es un pequeño orificio causado por un objeto largo y puntiagudo, como un clavo, una aguja o una piqueta de hielo. A veces, una bala también puede causar una herida por punción. Las punciones podrían no sangrar mucho, pero pueden ser lo suficientemente profundas como para dañar órganos internos. Si tiene una herida por punción, aunque sea pequeña, vaya al médico para que le dé un refuerzo antitetánico y prevenir así una infección.
  • Avulsión: es un desgarro parcial o completo de la piel y del tejido. Las avulsiones suelen producirse durante accidentes violentos, como accidentes donde se aplasta el cuerpo, explosiones y heridas por armas de fuego. Sangran profusa y rápidamente.


Herida Cerrada: son aquellas en las que supuestamente no hay lesión, sin embargo, la hemorragia se acumula debajo de la piel, en cavidades o vísceras. Aunque, aparentemente no ha sucedido nada, las lesiones internas pueden ser de gravedad.
Hay tres clases principales de heridas cerradas: contusiones, heridas por aplastamiento y hematomas. A pesar de que la piel no está cortada estas heridas no dejan de ser potencialmente dañinas, ya que existe un daño interno a los vasos sanguíneos, órganos internos, huesos, tendones o ligamentos.

Fractura: es la pérdida de continuidad normal de la sustancia ósea o cartilaginosa, a consecuencia de golpes, fuerzas o tracciones cuyas intensidades superen la elasticidad del hueso. El término es extensivo para todo tipo de roturas de los huesos, desde aquellas en que el hueso se destruye amplia y evidentemente, hasta aquellas lesiones muy pequeñas e incluso microscópicas.

Dependiendo si el punto de fractura se comunica o no con el exterior, se clasifican en:

  • Cerrada: si la punta de la fractura no se asocia a ruptura de la piel, o si hay herida, esta no comunica con el exterior.

  • Abierta: si hay una herida que comunica el foco de fractura con el exterior, posibilitando a través de ella, el paso de microorganismos patógenos provenientes de la piel o el exterior.


Quemadura: es un tipo de lesión de la piel causada por diversos agentes. Las quemaduras térmicas se producen por el contacto con llamas, líquidos calientes, superficies calientes y otras fuentes de altas temperaturas, o con el contacto con elementos a temperaturas extremadamente bajas. También existen las quemaduras químicas y las quemaduras eléctricas.

Quemadura de Primer grado: se limitan a la capa superficial de la piel epidermis, se les puede llamar eritema o epidérmicas. Este tipo de quemadura generalmente las causa una larga exposición al sol o exposición instantánea a otra forma de calor (plancha, líquidos calientes).

Signos clínicos: Ampollas intradérmicas (microscópicas), Enrojecimiento de la piel, piel seca, Descamación y destrucción de las capas superficiales o sólo enrojecimiento, Dolor intenso tipo ardor. Inflamación moderada. Gran sensibilidad en el lugar de la lesión. Tarda en irse unos días a lo mucho un mes, ya que solamente es superficial.

Quemaduras de segundo grado son producidas principalmente por líquidos calientes o substancias químicas cáusticas se dividen en:

  • Superficiales: Este tipo de quemadura implica la primera capa y parte de la segunda capa. No se presenta daño en las capas más profundas, ni en las glándulas de sudor o las glándulas productoras de grasa. Hay dolor, presencia de flictenas o ampollas.

  • Profunda: Este tipo de quemadura implica daños en la capa media y en las glándulas de sudor o las glándulas productoras de grasa. Puede haber pérdida de piel, carbonización.


Quemadura de tercer grado penetra por todo el espesor de la piel; incluyendo terminaciones nerviosas, vasos sanguíneos, linfáticos, etc. Se destruyen los folículos pilosebáceos y las glándulas sudoríparas, se compromete la capacidad de regeneración. Este tipo de quemadura no duele al contacto, debido a que las terminaciones nerviosas fueron destruidas por la fuente térmica.

Signos Clínicos: Pérdida de capas de piel, A menudo la lesión es indolora, porque los nervios quedan inutilizados (puede que el dolor sea producido por áreas de quemaduras de primer grado y segundo grado que a menudo rodean las quemaduras de tercer grado). La piel se ve seca y con apariencia de cuero. La piel puede aparecer chamuscada o con manchas blancas, cafés o negras. Ruptura de piel con grasa expuesta. Edema. Superficie seca. Necrosis. Sobre infección.

Causas: Fuego, Exposición prolongada a líquidos u objetos calientes, Contacto con electricidad, Explosiones.

Quemaduras de Cuarto grado: Hay daños de músculos y huesos. Puede desembocar en necrosis y caída de las extremidades (brazos o piernas).

El shock: es un estado en el que entra el cuerpo cuando no recibe aporte suficiente de sangre a los tejidos y, por tanto, no llega el oxígeno necesario a los órganos para que éstos realicen sus funciones. Como resultado se produce un fallo multiorgánico.

El shock es una afección grave, en caso de no recibir tratamiento urgente los daños pueden ser irreparables, pudiendo llegar incluso a la muerte del accidentado. Por ello, si detectamos que alguien está sufriendo un shock, es fundamental que le demos los primeros auxilios para reducir el riesgo de que los órganos vitales sean dañados.

Hay diferentes motivos que pueden provocar este estado de shock, pero los más comunes son, por ejemplo, la pérdida de sangre masiva causada por traumatismos o quemaduras graves, la congelación de tejidos, reacciones alérgicas y fallos cardíacos, causas en definitiva que impiden la correcta distribución del oxígeno por el cuerpo.

Tipos de shock

El estado de shock no es una enfermedad, sino un estado originado por otro motivo. La clasificación de los tipos de shock se hace según el origen de dicho problema:

Shock cardiogénico: se llama así cuando el shock tiene origen cardíaco, como por ejemplo en un infarto de miocardio, el corazón no bombea sangre correctamente a todo el cuerpo y pueden fallar múltiples órganos.

Shock hipovolémico: hipovolemia quiere decir ‘volumen bajo de líquidos’. Esto ocurre por ejemplo en grandes hemorragias donde se pierde mucha sangre, o en quemaduras graves donde también existe pérdida importante de líquidos.

Shock anafiláctico: causado por una reacción alérgica grave, todo el cuerpo reacciona ante un agente alérgeno, y la dificultad para respirar hace que no se obtenga suficiente oxígeno.
Shock séptico: originado por infecciones. La infección se extiende desde el foco (una herida infectada por ejemplo) a través de la sangre, afectando a los órganos e interrumpiendo su funcionamiento habitual.

Shock neurogénico: el origen está en el sistema nervioso, que a causa de una lesión deja de mandar las órdenes correctas a los órganos para que funcionen. En ocasiones no existe ninguna lesión en el sistema nervioso, sino que el shock está causado por otros factores, como por ejemplo el dolor muy intenso, que puede afectar al cerebro impidiéndole funcionar.

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